viernes, 28 de noviembre de 2008

Anillo

Línea. Aunque en el mundo clásico siempre se consideró círculo. Solenoide. ¿Quién no ha escuchado alguna vez “ahora vuelve a llevarse...”
Continuamente nos vemos al principio del círculo que ya para otros es el final y nos preguntamos si los clásicos tenían razón y todo lo que fundamenta nuestro paso finito, cuando finito es precisamente lo que define nuestra existencia, por la vida es genuinamente nuestro o la repetición del círculo ya repetido cientos y ciento de veces. Esto nos llevaría a definirnos como una colección de círculos-experiencias nada original diría yo.
Sin embargo la historia nos recuerda que ha habido grandes mentes o/y corazones que han sido indiscutiblemente originales. Ni linea ni círculo, mejor, ambos. Un solenoide es un patrón fácilmente imitable por lo que no es difícil pasar por nuestro tiempo limitándonos a repetir el patrón de otros (padres, ídolos, ...) La comodidad que esto implica explica la poca proliferación de individuos que se arriesguen a no vivir entre continuos déjà vus colectivos. Animémonos pues a que nuestro solenoide, la impronta que dejará nuestra vida en los demás, tenga unos cuantos lazos más que la plantilla estándar, y si tu alma/mente/corazón puede haz que alguno de ellos tenga una forma caprichosa que la haga “tuya” , al menos mientras que otro no se sienta atraído por tu patrón y decida que es bueno como plantilla para él; que en definitiva es lo que le ha pasado a los grandes que se han convertido en referencia de una u otra manera de aquellos que más tarde disfrutaron de su tiempo.
“Ahora vuelve a llevarse” No se dejen engañar pues aunque vuelva, la moda, los amigos, ..., no vuelven en el mismo punto del solenoide. De esta manera no provocarán las mismas reacciones que en el lazo donde se originaron por primera vez. No desechen la oportunidad de experimentar la nueva vuelta de tuerca de la vida porque esta vez no tiene por llevar al mismo sitio, quizás incluso sea el final de nuestro solenoide, o quizás el enlace al comienzo de uno nuevo.

martes, 25 de noviembre de 2008

Tierra


Pertenencia, comunidad, masa. A eso recurrimos habitualmente cuando queremos hacer que una idea sea tomada como suya por una gran cantidad de gente. Sí es cierto,todos pertenecemos a una gran comunidad, la Tierra. Nótese que todos pertenecemos a esa comunidad, pero no es que eso implique que nos pertenezca. No es recíproco. Aún así actuamos como arrendadores y arrendatarios, haciendo y deshaciendo a nuestro antojo, bueno, al de algunos para no mentir. Y algunos de esos están de actualidad, la petrolera patria. Y es que ahora hay quien apela al sentimiento de comunidad para salvaguardar los bienes comunes... estratégicos que dirían los más versados. Lo que no queda tan claro es que la cosa sea realmente de todos. Y es que ahora le ponen un gran cartel donde dice que nos protege de mil y un males. Yo me pregunto que diferencia ha habido, pongamos por caso, el pasado verano entre el precio del carburante en las estaciones de servicio de "nuestra" petrolera y las foráneas. Aunque queda claro que el precio del barril se marca en otros lares, lo que no queda tan claro es qué utilidad tiene una petrolera etiquetada como "patria" si en momentos que la comunidad a la que pertenece pasa una mala racha no se comporta de forma diferente a las que pertenecen a otras comunidades.

sábado, 15 de noviembre de 2008

La Vida


No nos engañemos, principio y fin. Y eso es lo interesante.

Realmente he estado realmente tentado. Sí, realmente está repetido. Si todavía se usasen underwoods u olivettis para escribir hubiese aparecido algo así como rrrreealmente y es que cuando las palabras se atropellan en la punta de los dedos es porque la sensación que uno quiere transmitir es mayor que nuestras pulsaciones por minuto. He estado tentado a dejar que esta gota acabase en la segunda linea pero parece que no soy yo quien ha de decidirlo. La vida, no me negarán que aquellas vueltas interminables al patio del colegio nada tenían que ver con las carreras por ser los primeros en recibir uno de los paquetes de cromos que regalaban como promoción a la salida de las clases. Y eso es lo interesante.

Hay quien se empeña en correr, sin darse cuenta que lo hace en círculos. Hay quien corre en dirección contraria. Hay sencillamente quien se niega a correr. Digamos que cada uno se apunta a la carrera que quiere. Pero centrémonos en el primer tipo de corredor.

Hay de aquel que corra en círculo y quiera compartir la carrera con los que lo hacen hacia una meta. Si los vemos de lejos no apreciaremos diferencia alguna, pero si observamos detenidamente durante un rato la tristeza se asomará a nuestra cara, y es que el hombre sí es bueno por naturaleza. Si entendemos que uno de los corredores no tiene una meta sabremos que a final, aunque tarde, caerá destrozado por la impotencia de no llegar a ninguna parte. Y huiremos. Huiremos por si el sortilegio pudiese ser contagioso y nos atrapase en esa carrera interminable sin objetivo ni recompensa.

Si realmente “lo que importa es el camino” qué narices hacemos, ¿nos esforzamos al menos por mirar por la ventanilla?.

Principio y fin, gracias. La vida, la carrera, corre. Corre, es importante. Es lo que esperan. Ahora bien, cuando estés a una centésima de cruzar la ansiada meta... ¿qué recordarás? El esfuerzo, la perfecta máquina en la que te has/han convertido, los obstáculos. Lo siento.

Quizás no se pueda luchar contra el momento que nos ha tocado vivir, pero quizás sí merezca la pena. Recuerden, hagan lo posible para correr, pero corran bien. Aprendan de lo que encuentren a su paso, aunque les cueste llegar dos puestos más atrás. Permítanse no ser los primeros. Permítanse ser uno de aquellos adinerados de hace cinco centurias y aprovechen la vida para aprender cosas inútiles para la carrera.

Lleguen a la meta con una mochila tan pesada que su contenido haga olvidar a todos los participantes el orden de llegada. Porque quién ha dicho que alguien lleva esa cuenta.


jueves, 13 de noviembre de 2008

El Desierto

No el lugar, la sensación. En muchas ocasiones nos sentimos en un desierto, en otras es al otro al que vemos caminar por paisajes yermos. Hoy los que caminan por un paraje en el que el horizonte se antoja muy lejano son aquellos que nos permiten tener un "blog", los que hacen que nuestro correo electrónico funcione e incluso esos que invierten sus cerebros en el desarrollo de complejos sistemas que nos hacen la vida más fácil. Y es que este paseo sin meta por el que deambulaban hasta el momento los técnicos informáticos, los ingenieros técnicos e ingenieros superiores en Informática se está volviendo cada vez más oscuro ¿Quizás sea una tormenta de arena?
Lo cierto es que el sol aprieta y la deshidratación comienza a acechar. La realidad es que esta es una profesión novedosa, y aún más la regularización de su formación. Parece ser que a algunos dirigentes políticos esta "juventud" no les sienta bien y piensan que aún no es el momento para que se les otorgue competencias profesionales como ingenieros. Lo que yo me pregunto es que piensan hacer con los estudios universitarios porque desde luego no tiene mucho sentido que alguien estudie una titulación, nada sencilla de completar, para luego no poder disfrutar del estatus que ostenta cualquier profesional de otra ingeniería.
Les pongo un pequeño ejemplo: si queréis una casa el proyecto ha de estar firmado por un arquitecto, la instalación eléctrica de vuestra vivienda también ha de estar certificada y no olvidemos que cuando nos cambian la goma del gas butano también una persona autorizada ha de firmar la instalación. Ahora bien, la base de datos de tu banco, por donde te pasan la nómina, el crédito... el "programilla" que controla el tráfico ferroviario o incluso el diseño de la red de ordenadores de tu oficina, esto no hace falta que nadie certifique que esté bien hecho...
En el siguiente enlace más información sobre el porqué de que los informáticos estén haciendo dedo bajo el implacable sol con un cartel que pone:" A alguna parte por favor" http://www.huelgainformatica.es/
Cuando descuelguen el teléfono para preguntar cómo funciona lo del programa nuevo recuerden que al otro lado alguien está en el Desierto.

Ecos

Cuando redactas algo que quieres contar siempre me han enseñado que hemos de hacer una distribución de la información de manera que el texto tenga una introducción, un cuerpo y una conclusión.
Dejemos que esta entrada sirva como introducción de lo que de ahora en adelante serán como gotas de agua que caen de la nube en la que pululan. Lo que prometo es que no habrá conclusión, a pesar de lo aprendido, puesto que el rastro que dejen todas las gotas caídas será en sí mismo el desenlace de esta historia.
Ante la incertidumbre de si este charco que comienza como íntimo se convertirá en público comenzaré a dejar que las gotas caigan de la forma, composición y frecuencia que ellas deseen. Espero que aquellos que se dejen mojar disfruten de la experiencia.