miércoles, 21 de abril de 2010

Manada

Somos "seres" superiores, nuestro orgullo como especie nos pone por encima de cualquier comportamiento de manada. Nos vanagloriamos de ello pero la realidad es que cuando los recursos que tenemos como "seres racionales" para parapetarnos tras las convecciones sociales nos abandonan nos comportamos de manera fluida con nuestro "congéneres". A veces deberíamos pararnos a pensar si nuestra socialización es excesiva y nos lleva a a comportarnos de manera antinatural.

Hay quien piensa que eso es lo que nos diferencia de los animales, olvidando que somos animales y que lo que nos identifica se define precisamente como esos "instintos", como el hecho diferencial que nos distingue como especie y no el desarrollo tecnológico o la capacidad, o la ilusión, de dominar nuestro entorno.

Cuando las guardias son derribadas por algún elemento externo podemos ver la realidad de nuestras interrelaciones, para bien o para mal.

Quizás el problema no sea ponernos de acuerdo en unas convecciones sociales para relacionarnos, quizás el verdadero problema sea olvidar la forma natural de relacionarnos lo que conllevará de forma inexorable a la incapacidad de volver a la esencia de las relaciones entre las personas.